Hay algo que tienes que tener claro si vas a viajar a Viena: No te vas a aburrir. Casi en cada esquina tienes un palacio, museo o monumento que querrás pararte a fotografiar. En este post te contamos cuál fue nuestro itinerario de una semana en Viena, incluyendo las excursiones a Melk y a Bratislava. ¡Vamos con ello!

Día 1: Fascinados con la Ópera de Viena

El primer día de nuestro viaje comenzó alrededor de las 13h, momento en el que despegó nuestro vuelo dirección Viena. La duración del vuelo fue de alrededor de 3h. Una vez que aterrizamos, fuimos a dejar las cosas a nuestro hotel situado en el barrio de Hietzing y salimos a recorrer la ciudad.

Cogimos el metro hacia el centro histórico de la ciudad y nos acercamos a ver los cuatro primeros lugares de nuestro viaje: la Ópera de Viena, la Casa de Mozart, la Catedral de San Esteban y la Iglesia Católica de San Pedro. La verdad es que, más allá de los monumentos y lugares de interés, el centro nos pareció un lugar con mucho encanto. Una vez que terminamos las visitas y cenamos, volvimos a nuestro hotel a coger fuerzas para el día siguiente.

Día 2: Visitando Hofburg y el Belvedere

Era nuestro segundo día en Viena y nuestro plan era ver cuatro de los sitios más importantes de la ciudad. Comenzamos la mañana en el Palacio Hofburg, donde pudimos visitar el Museo Sisi, la Biblioteca Nacional y la Escuela Española de Equitación. Desde allí, nos acercamos a la Cripta Imperial de Viena, lugar de sepultura de gran parte de los Habsburgo austríacos. Al salir de allí, paramos a comer.

La primera parada de nuestra tarde fue el Palacio Belvedere, un conjunto de palacios que alberga algunas de las exposiciones de arte más importantes de la ciudad. Nosotros entramos al Belvedere Alto donde se encuentran algunas de las obras más famosas de Gustav Klimt y la verdad que nos gustó mucho. Desde allí fuimos caminando a la Iglesia de San Carlos Borromeo (las columnas de su fachada son impresionantes) y dimos por terminado nuestro recorrido. 

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Día 3: Hermesvilla, una verdadera hidden gem

El tercer día era el turno para una de nuestras joyas ocultas de Viena, el Palacio de Hermesvilla. Estaba un poco retirado del centro y tuvimos que darnos un buen paseo por medio del bosque (literalmente), pero cuando llegamos al lugar nos quedamos impresionados. Nos pareció una auténtica maravilla ver ese construcción en medio de la naturaleza. Al terminar la visita por el interior, nos encontramos con un restaurante muy mono en la planta baja y nos quedamos a comer.

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Por la tarde volvimos al centro de Viena y nos acercamos a ver el Stadtpark, uno de los parques más antiguos y conocidos de la ciudad, donde pudimos ver el monumento a Johann Strauss. Nos pareció un lugar ideal para relajarnos un poco después de unos días intensos.

Día 4: Conociendo a Sisi

El cuarto fue el día elegido para uno de los platos fuertes, el Palacio de Schönbrunn. Se encontraba bastante cerca de nuestro hotel por lo que no tardamos mucho en llegar. Dimos un paseo por los jardines (donde nos encontramos con el Museo de Carruajes Imperiales) y poco después entramos a conocer el Palacio. Es uno de los lugares que más nos gustó de nuestro viaje y una visita obligada para cualquiera que pase unos días en Viena.

Por la tarde, nos acercamos a conocer Naschmarkt, el mercado callejero más conocido de Viena, donde pudimos probar algunos productos locales. Al terminar, nos acercamos a la zona de Karlsplatz para cenar algo y fuimos a descansar.

Día 5: Viaje a Bratislava

Este día fue uno de los más intensos de nuestro viaje ya que fuimos a conocer Bratislava. Nos levantamos bastante pronto y cogimos un tren que tardó poco más de una hora en llegar a la capital eslovaca. Allí, pudimos visitar el castillo, conocer su Iglesia azul y hacernos alguna foto con las curiosas estatuas de su centro histórico.

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Día 6: Excursión a Melk

El sexto día de nuestro viaje realizamos una excursión a la ciudad de Melk, donde pudimos visitar su famosa Abadía y recorrer las callecitas llenas de encanto de su centro histórico. El trayecto en tren fue de algo menos de 1h y la verdad que nos pareció un sitio precioso, así que os recomendamos mucho esta excursión si estáis de viaje por Viena.

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Día 7: Un paseo por el Prater

Organizamos el último día de nuestra estancia en Viena en función al vuelo de vuelta, que salía justo después de comer. Por tanto, nos levantamos relativamente pronto y cogimos el metro para visitar los dos lugares que nos quedaban pendientes: Hundertwasserhaus y el Prater de Viena. Ambos estaban situados a solo 15 minutos caminando entre sí, por lo que no tuvimos problemas en hacer el recorrido a pie.

Una vez terminamos ambas visitas, buscamos un sitio para comer y pusimos rumbo al hotel para recoger las cosas. Era el momento de ir al aeropuerto y volver a Madrid.

Presupuesto del viaje

Dependiendo del tiempo que pases en cada ciudad esta puede ser una ruta de contrastes, ya que el nivel de vida de Austria y el de Eslovaquia es muy diferente. Nosotros dormimos en Viena todas las noches, por lo que el viaje nos acabó saliendo algo más caro. Con respecto a los restaurantes, se puede comer por unos 15-18€ por persona en Viena y algo más barato en el resto de ciudades del itinerario. El café es caro, eso sí. Nuestro presupuesto fue algo así:

Noche de hotel: Sobre 90€ por noche.

Trenes Viena-Melk: 20€ por persona.

Trenes Viena-Bratislava: 25€ por persona.

Vuelos: Nosotros pagamos 90€ por persona ida y vuelta, pero podrás encontrarlos más baratos dependiendo de la disponibilidad.

Comidas: Unos 240€ por persona.

Conclusiones

Viena es una ciudad maravillosa, llena de lugares únicos y bien comunicada con muchas ciudades de Europa Central. Es cierto que el nivel de vida es alto y que hay que pagar entrada en la mayoría de sitios de interés y museos, pero podemos garantizaros que os merecerá la pena invertir unos días en conocerla.

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